jueves, 3 de abril de 2008

ejercicio 4.3.2

Ahora, esta noche, me ha acariciado, me ha pedido perdón, me ha dicho que soy una santa y él un bruto. Y que nunca se perdonará haberme hecho sufrir tantas y tantas noches. El viaje lo ha cambiado extrañamente. Ha estado fuera una semana, en no sé qué congreso al que asistió por cuenta de su empresa. Antes de marchar me dijo que estaria fuera una semana, que no aguantaría mis ronquidos y que porfin desacansaria tranquilo. Eso es lo que me dijo. Y ahora, al volver, me pide perdón por todo lo que me ha hecho sufrir. Y por todo lo que he callado.Me dijo que yo tambien se lo tenía que haber dicho,que el tambien roncaba aunque no sabia si tanto como yo. Es cierto que ronca. Y que nunca se lo dije por no humillarlo. Pero ahora él sabe que ronca, y me pide perdón, y todo se ha arreglado. Y me abraza, y me dice que soy una santa y él un miserable.

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